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23 mayo 2024

La adoración anima el servicio

CORPUS CHRISTI 2024

El sábado 1 y domingo 2 de junio celebraremos la solemnidad del Santísimo Cuerpo y la Sangre de Cristo, en latín, Corpus Christi.
El lema de este año: ADORAR y SERVIR. Porque, como sabemos, la adoración se plenifica con el servicio; y sin el servicio la adoración eucarística queda estéril.

Este año no viviremos -en el decanato- un Corpus común, sino que lo viviremos en nuestras propias comunidades. 

LA CELEBRACIÓN

En cada parroquia, y en cada misa de ese fin de semana:

1- Se celebrará la misa;
2- Se realizará una procesión con el Santísimo en el interior del templo;
3- Se adorará en comunidad al Santísimo unos cinco o diez minutos, con las oraciones propias de la adoración eucarística;
4-Y recibiremos la bendición con el Santísimo sacramento.
 
GESTO DE AMOR FRATERNO
 
La adoración a Jesús presente en la hostia consagrada hace brotar en nosotros el amor fraterno, fortaleciendo el sentido de servicio y solidaridad. Por eso estamos invitados a realizar un gesto fraterno: la donación de comestibles no perecederos, frazadas y ropas. Dicha donación será entregada a los grupos que en nuestro decanato son denominados "El Buen Samaritano", y que prestan el servicio fraterno a quienes están en situación de calle: con alimentos calientes, con elementos que les ayude a pasar las bajas temperaturas con abrigos suficientes. 
 
Podés acercar tu aporte a partir del sábado 25 y domingo 26 de mayo, fin de semana en la que celebramos la fiesta patria y la solemnidad de la Santísima Trinidad (Amor-Unidad). 

El lema de lo que será nuestro Corpus - Adorar y Servir - nos ayuda a pensar que la adoración conduce naturalmente al gesto fraterno de la solidaridad; y, a la vez, nos pone en alerta para no caer en una devoción intimista y estéril. Lo uno conduce a lo otro, como solemos decir. 

«La Iglesia muestra al mundo el Corpus Christi, el Cuerpo de Cristo. Y nos invita a adorarlo. La atención de los creyentes se centra en el Sacramento en el que Cristo se ha dejado: Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad. Es la razón para considerarlo como la realidad más santa: "el Santísimo Sacramento", memoria viva del Sacrificio redentor. En la solemnidad del Corpus Christi volvemos a aquel "jueves" que llamamos "santo", en el que el Redentor celebró su última Pascua con los discípulos» (Juan Pablo II en el Corpus de 2001).

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