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05 diciembre 2023

Adviento y Navidad 2023


Tiempo de esperanza

       El Adviento se apoya en la espera del Mesías, espera que vivió el antiguo pueblo de Dios. En efecto, la promesa de un Mesías (salvador, redentor, pastor, etc.) movió a los israelitas a la esperanza; porque el Dios fiel cumpliría con sus palabras. El antiguo pueblo de Dios, entonces, esperó pacientemente el advenimiento del Señor, su llegada. 

      En cambio nosotros ya no esperamos esa venida, porque el Mesías ya vino y nos salvó por su Pascua. Él vino por la encarnación, tomando carne en la inmaculada Virgen María por el poder del Espíritu Santo; y nació para la humanidad en Belén de Judá. Lo cual conmemoramos en la Navidad. Lo que sí esperamos es la segunda venida de Jesús al final de los tiempos. Ahí está lo fuerte del Adviento cristiano: en que espera la llevada gloriosa del Salvador. 

      Preparando la conmemoración de la encarnación del Hijo de Dios pedimos la gracia de vivir la vigilancia que nos pide Jesús, porque no sabemos el día ni la hora de su llegada final. Esa vigilancia se da cuando vivimos la voluntad del Padre, sirviendo a Cristo en los hermanos, sobre todo en los pequeños: Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo... Les aseguro que cada vez que no lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, tampoco lo hicieron conmigo (Mt 25, 40.45). La práctica de las obras de misericordia manifiesta la vigilancia del corazón, eso de estar despiertos en el Señor

      ¡Qué hermoso poder adentrarnos a vivir en profundidad la espera gozosa de la llegada del Señor! 


Celebraciones

      El Adviento contiene cuatro domingos. Razón por la cual la Corona de Adviento cuenta -sí o sí- con cuatro velas. Los domingos caen el 3, el 10, el 17, y el 24 de diciembre. 

      El 8 de diciembre se celebra (de precepto) la solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María; con la misa vespertina del 7, cumplimos y vivimos el precepto. La mujer elegida por Dios para madre del Redentor es liberada del pecado en la misma concepción. ¡Bendito sea Dios!

      El tercer domingo de Adviento cae el 17 de diciembre, y es llamado Domingo Gaudete (Alégrense). Porque la antífona de entrada dice: Alégrense siempre en el Señor. Vuelvo a insistir, alégrense, porque el Señor está cerca (Fil 4, 4.5). La vela de la Corona de Adviento correspondiente a este domingo puede ser rosada

      El 16 de diciembre solemos iniciar la piadosa celebración de la novena de Navidad; y la liturgia, las "ferias fuertes" a partir del 17. A partir de este día se contemplan los acontecimientos que hicieron posible la encarnación del Hijo de Dios y su nacimiento en Belén de Judá. 


La cuarta vela de la Corona 

      Los domingos inician con su víspera, el sábado por la tarde; momento desde el cual podemos encender la vela correspondiente de la Corona. Por tanto el domingo cuarto de Adviento inicia en la tarde del sábado 23 de diciembre. 

      ¿Cuál vela encendemos el domingo 24? Con la aclaración anterior, a partir del sábado 23. Porque recién en la Nochebuena, cerca de la medianoche del 24, encendemos la quinta vela, la blanca, para celebrar la alegría de la presencia del Señor en medio de su pueblo. 

      No todas las Coronas de Adviento tienen cinco velas; porque hay familia que en su lugar colocan un pequeño pesebre, para ponerle más realismo a la celebración del nacimiento del Salvador. 


La Sagrada Familia 

      ¿Qué pasa con la fiesta de la Sagrada Familia de este año? Según las normas litúrgicas se debe celebrar el domingo dentro de la Octava de Navidad o, en su defecto, el 30 de diciembre. 

      Este año, por tanto, la celebramos desde el sábado 30 por la tarde (víspera) hasta el domingo 31 por la tarde; porque por la tarde/noche de este último día inicia la solemnidad de Santa María, Madre de Dios


El camino espiritual 

      Mientras nos vamos organizando para participar de la misa de Nochebuena o la del día de Navidad, vamos caminando espiritualmente con la oración y con la reflexión de la Palabra de Dios. 

      La oración nos sumerge en el misterio de Dios que está presente en la historia humana; y su Palabra nos guía por el sendero de la verdad que ofrece vida nueva.

      La Virgen María, san José, y san Juan Bautista, nos guíen con su ejemplo e intercesión a la vivencia de un Adviento desde la fe en Jesucristo, único Salvador de los hombres. 

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