Mes de san José

Todos los años dedicamos el mes de marzo a san José: para reflexionar en su misión, para pedir la gracia de imitar sus virtudes, para suplicar por toda la Iglesia. 

Providencialmente nos encontramos, desde el 8 de diciembre de 2020, y hasta el 8 de diciembre de 2021, en el Año de San José; por lo que este marzo es doblemente especial.

San José ocupa un lugar importante en el proyecto salvador de Dios. En efecto, el patriarca está vinculado al misterio de la encarnación del Hijo de Dios, y por tanto de la redención. Por eso aparece de modo especial en la liturgia del tiempo del Adviento y de Navidad. 

Al leer los párrafos y las frase de los evangelios, en los que aparece san José, descubrimos -desde la fe- las virtudes de san José. De ahí que lo contemplemos como modelo de la vida cristiana: san José es modelo para cualquier vocación en la Iglesia. 

Y, como estuvo tan cerca de Jesús, lo invocamos con toda confianza; sobre todo por la Iglesia Católica. Nos dirigimos a él como Patrono de la Iglesia. Y le confiamos la vida y la misión evangelizadora de la Iglesia.

Contemplamos a san José junto a María y al Niño Dios. Razón por la cual le decimos "cabeza de al Sagrada Familia". ¡Cómo no confiarle todas las familias, para que encaminen su vida de acuerdo al evangelio!

Iniciemos este mes de marzo teniendo en la boca el nombre de san José, y -en el corazón- la seguridad de que camina con nosotros y nos acompaña en nuestro caminar hacia Jesús. 

¡San José, ruega por la Iglesia Católica! ¡Y por todas las familias!