(Mié 16-feb-2022) La próxima semana, a partir del lunes 21 de febrero, desde la basílica nos visitará una de las imágenes peregrinas de la Virgen de Itatí. ¿Para qué? Para que en su presencia supliquemos por el fin de los incendios en nuestra provincia y de la pandemia.
Esta imagen peregrina llegará a cada una de las Iglesias del centro de la ciudad de Corrientes, pertenecientes al decanato nº 4. En estas horas se está armando un cronograma a fin de que todos puedan programar su participación de la llegada a la comunidad.
En lo concreto, la imagen de la Virgen de Itatí quedará en cada Iglesia una media jornada, para que cada comunidad pueda realizar distintos actos de piedad suplicando al Señor por medio de la intercesión de la Virgen María que finalicen en nuestra provincia los incendios; y también pediremos las gracias necesarias para la superación de la pandemia que aqueja a toda la humanidad.
La Legión de María de nuestra arquidiócesis prestará su servicio trasladando la imagen desde Itatí hasta nuestra ciudad, y luego de comunidad en comunidad de nuestro decanato. Por lo cual desde ya les estamos muy agradecidos.
Estemos atentos entonces, porque a partir del lunes 21 tendremos la posibilidad de participar de esta obra de misericordia, porque sabemos de tantos hermanos que están sufriendo por los males mencionados.
A continuación, la súplica a la Virgen de Itatí que rezaremos ante la imagen; pero que ya desde ahora podemos rezarla de modo personal o familiar.
¡Unidos en la oración! ¡¡Bendiciones!!
SÚPLICA A LA VIRGEN DE ITATI
en su visita a nuestro decanato
Ante los sufrimientos y angustias, que oprimen especialmente a nuestra provincia a raíz de los incendios y del COVID, acudimos a ti, Madre de Dios y Madre nuestra, implorando tu protección y tu consuelo.
Infunde confianza a quienes viven en el temor de un futuro incierto, por las consecuencias en la economía y en el trabajo, a raíz del desastre ambiental que ocasionan los interminables incendios.
Ayúdanos a tomar conciencia de que esta querida Tierra es el gran recurso que Dios nos ha dado, no para ser desfigurada y explotada, sino para cultivarla y embellecerla; y en la que todos podamos vivir con dignidad.
Enséñanos a ser más fraternos y solidarios, especialmente con los afectados por estos males que hoy nos aquejan, para que salgamos generosos en ayuda de las numerosas formas de pobreza y situaciones de miseria en las que vive nuestro pueblo.
Madre nuestra, concédenos un gran amor a tu divino Hijo Jesús, para implorar por Él, con Él y en Él, al Padre de misericordia, que esta dura prueba termine; y nuestra vida pueda reanudar su curso normal con serenidad, caminando en la fe, la oración y el servicio.
Nos encomendamos a Ti, que brillas en nuestro camino como signo de salvación y de esperanza. ¡Oh clementÍsima, oh piadosa, oh dulce Virgen María!
Amén.
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