Estamos a pocos días de la celebración del Domingo de las Misiones, la que es muy importante porque la Iglesia es de Cristo en tanto y en cuanto vive y transmite el evangelio.
Y la Iglesia somos todos los bautizados. Si pienso que son los demás quienes tienen que evangelizar y compartir la fe, mientras yo me desentiendo y despreocupo, estoy fuera de la comunidad. Porque quien es de Cristo, ¡forma comunidad! ¡Y la comunidad de Cristo, sí o sí, evangeliza!
El tema es cómo podemos evangelizar en tiempos de pandemia. Necesitamos sentido común, sabiduría que viene del Espíritu, y reflexión común. En este último sentido el mensaje del papa Francisco para la jornada misionera de este años, ¡es de gran ayuda!
Dice el papa: En este año, marcado por los sufrimientos y desafíos causados por la pandemia del covid-19, este camino misionero de toda la Iglesia continúa a la luz de la palabra que encontramos en el relato de la vocación del profeta Isaías: «Aquí estoy, mándame» (Is 6,8). Es la respuesta siempre nueva a la pregunta del Señor: «¿A quién enviaré?»
"Este camino misionero de toda la Iglesia continúa...", es decir, ¡no se interrumpe por ningún motivo! Puede cambiar el modo de evangelizar, pero Dios no permite la interrupción. A todos el Señor pregunta: "¿A quién enviaré?", no solo a algunos... ¡¡a todos!! Por tanto, ¡¡¡¡también a mí!!! El profeta Isaías respondió: "Aquí estoy, envíame". ¡Esa es la respuesta que Jesús espera de mí, de ti, de todos!
Te dejo una frase, un poco larga, pero muy linda para estos tiempos de pandemia. Dice Francisco:
Comprender lo que Dios nos está diciendo en estos tiempos de pandemia también se convierte en un desafío para la misión de la Iglesia. La enfermedad, el sufrimiento, el miedo, el aislamiento nos interpelan. Nos cuestiona la pobreza de los que mueren solos, de los desahuciados, de los que pierden sus empleos y salarios, de los que no tienen hogar ni comida. Ahora, que tenemos la obligación de mantener la distancia física y de permanecer en casa, estamos invitados a redescubrir que necesitamos relaciones sociales, y también la relación comunitaria con Dios. Lejos de aumentar la desconfianza y la indiferencia, esta condición debería hacernos más atentos a nuestra forma de relacionarnos con los demás.
¿Para qué es la jornada misionera?
La respuesta está en las siguientes palabras del papa: La celebración la Jornada Mundial de la Misión también significa reafirmar cómo la oración, la reflexión y la ayuda material de sus ofrendas son oportunidades para participar activamente en la misión de Jesús en su Iglesia. La caridad, que se expresa en la colecta de las celebraciones litúrgicas del tercer domingo de octubre, tiene como objetivo apoyar la tarea misionera realizada en mi nombre por las Obras Misionales Pontificias, para hacer frente a las necesidades espirituales y materiales de los pueblos y las iglesias del mundo entero y para la salvación de todos.
¡Qué mejor que concluir con las palabras del papa Francisco! Dice: Que la Bienaventurada Virgen María, Estrella de la evangelización y Consuelo de los afligidos, Discípula misionera de su Hijo Jesús, continúe intercediendo por nosotros y sosteniéndonos.
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